21/1/17

El tiro de barra en la comarca de Valdejalón (y 2)


"Fiesta en el pueblo y tiro de barra", cuadro de Juan José Gárate y Clavero (1870-1939)

Celedonio García Rodríguez

Tiradores de Valdejalón

Los pueblos de Valdejalón han mantenido viva una costumbre de siglos, olvidada en muchos otros lugares de Aragón. Los afamados tiradores surgidos en esta comarca dieron popularidad a sus respectivos pueblos y también fueron los mejores transmisores de este deporte tradicional.

Remontándonos al siglo XIX, uno de los más famosos y sin rival fue mosén Manuel Valero del vecino pueblo de Alfamén (confesor de la infanta Isabel). En La Almunia destacaron Mariano Vallejo “el Pastor”, José Sierra “el Gordillón” y Sinforoso Lasarte “Boliso”; “Molinero” y Serrano”, en Calatorao; Manuel Mecanche y “el Cuco”, en Épila; Francisco Serrano y “Calcena”, en Almonacid de la Sierra; Juan Domínguez, en Aldehuela de Santa Cruz. En otros pueblos próximos también surgieron extraordinarios tiradores: Francisco Arnal “Franciscaz”, en Alfamén; “Josito”, en El Frasno, y “el Cholfo”, en Inogés.

A comienzos del siglo XX sonaba en la comarca el nombre de Vicente González, deen Rueda de Jalón, o Toribio Tabernas, en Calatorao, y por lugares próximos los tiradores Mateo Estaje, Mariano Lasierra y Raúl Roda en Garrapinillos; “el Carricanto”, en Torres de Berrellén, y, entre todos ellos, destacaron los nombres de Manuel Bazán, de Miralbueno, y Jesús Cabezas, de Casetas.

En Urrea de Jalón nacería en 1912 Joaquín Correas Englada, uno de los máximos aficionados locales al tiro de bola y barra. Correas, junto con Domingo Lasheras y Victorino Subías, entre otros mozos del pueblo, tiraban la barra en el lugar denominado “El Recogedero”.

Manuel Soria, de La Almunia, fue el campeón indiscutible entre 1951 y 1960. Desde la década de los cuarenta también destacaron Abad, de La Almunia; Ondiviela, Armando Rodríguez y Miguel Echevarría, de Épila, o Daniel Tabernas y los hermanos Daniel y Aquilino Poza, de Calatorao.

En la década de los sesenta surgiría Mariano Torrubia “el Motores”, de Épila, que tendría que enfrentarse a uno de los mejores tiradores de Aragón, Eliseo Ansón, de Mezalocha.

La década de los setenta quizá sea la más fructífera, con un resurgir de la barra aragonesa. Es la década de los grandes campeones de la comarca, como lo fueron Félix Serrano, de Calatorao, y Fernando Maestro, de La Almunia. Pero también otros que competirían con lanzadores de la generación anterior y posterior: Julio Cubero, Jesús Gracia, Alfredo Cruces, Pedro Casedas, Ricardo García, César Sancho y Aquilino Poza de Calatorao; José Rodríguez, Vicente Andrés y Mariano Torrubia, de Épila; Antonio González, de Bardallur; José Gil y José Antonio Roy, de Ricla. Fueron también los años de otros destacados tiradores aragoneses como Pascual Banzo, de Zuera o Ramón Tierra de Zaragoza.

En los ochenta surgen nuevos nombres que se enfrentan a los ya citados: José Ángel Roy, de Ricla; Carlos Perisé, de Salillas de Jalón, o Salvador García, de Calatorao.

A comienzos de esta década se realizan las primeras tiradas femeninas, con barras de 3 kg.: Elena Lapieza y Mª Pilar Santiago, de Casetas. Ana Collado y Nieves Escartín, de Helios.

En la actualidad, Rebeca Aguarón, de Calatorao, es una de las mejores tiradoras de Aragón, con más títulos conquistados en el Campeonato de Aragón de la última década, y récord de la especialidad lanzando la barra de 4 kgr. Rebeca ya venció en el Campeonato de Aragón el año que comenzó a tirar de forma oficial, el 2004. En el Campeonato conquistado en el 2009 lanzó la barra de los 4 kgrs. a 14,64 m. batiendo el récord de la especialidad. Acumula numerosos triunfos y se ha proclamado en ocho ocasiones campeona de Aragón. Comenzó a tirar de la mano de su hermano Sergio, que también ha conquistado el título de Campeón de Aragón y ha poseído el récord con un registro de 18,58 m.

Fernando Maestro, de La Almunia de Doña Godina, campeón de barra aragonesa. Foto: José Ramón Muñoz, 1980

Reglamentación del tiro de barra

El tiro de barra básicamente consiste en lanzar una pieza de hierro cilíndrica, de forma cónica, con la boca en forma de bisel, de 81 cm. de larga y de 7,257 kgrs. de peso. El campo de tiro tiene forma trapezoidal y se marca en un terreno llano; desde el centro de la tabla de salida (de 10 por 10 cm. y 2 m.) se traza un arco de 8 m. de anchura, perpendicular a la tabla, con un radio de 20 m. de largo. Los extremos de la tabla se unen a los extremos del arco con dos líneas, delimitando la zona de caída. Alrededor de la zona de lanzamiento se debe marcar una zona de seguridad para el público.

El tirador debe colocar los pies contra la tabla de salida, sin despegarlos del suelo en el lanzamiento. La barra debe caer dentro de las líneas del campo marcado, picando con la punta gruesa en el suelo y formando un ángulo en el terreno de tiro, sin dar volteretas en el aire.

El contrapeso es un elemento opcional, pero imprescindible para facilitar el giro y ayudar a mantener el equilibrio del lanzador. Su peso puede oscilar entre 500 grs. y 3 kgrs.

Antaño se lanzaba con la barra o barrón que se tenía a mano, su peso era variable, y la modalidad de lanzamiento también cambiaba en diferentes puntos de Aragón. En algunas poblaciones de la provincia de Huesca, como Arguís, se tiraba con un pie adelantado.

En la plaza de Calatorao, que fue escenario habitual de competiciones de tiro de barra, se lanzó entre 1916 y 1936 con un barrón de 2 m. de longitud y 46 kgrs. de peso. El barrón era propiedad de Toribio Tabernas, destacado lanzador que utilizaba para su afición favorita la herramienta de su trabajo en las canteras.

El peso del barrón podía suponer una dificultad importante para quienes querían lanzar. Armando Rodríguez, de Épila, cuando tenía 26 años, lanzó en una plazoleta de Épila un barrón que superaba los 2 m. de longitud y pesaba unos 50 kgrs. sin que ninguno de los presentes pudiera lanzarlo.

En 1942, el entusiasta deportista Pascual Irache tuvo la iniciativa de constituir la “Sociedad de Amigos del Tiro de Barra Aragonesa”. La Junta, presidida por el propio Irache estaba integrada por: Tesorero, Manuel Abascal; secretario, Manuel Bazán (tirador de barra); vocales, Alfredo Concellón, Iñigo García y Manuel Bazán (hijo).

En 1956 Manuel Bazán elaboró la primera “Reglamentación Oficial para el Tiro de Barra Aragonesa”, unificando la diversidad de criterios en las reglas que regían este juego en diferentes lugares de Aragón. A partir de este momento el “juego” de la barra pasó a convertirse en un “deporte” tradicional.
En 1982 se constituyó la Federación Aragonesa de Deportes Tradicionales y en marzo de 1983 se presentó un renovado reglamento de barra.

Bibliografía:

ALEGRÍA, Mario: “Costumbres aragonesas. ¿«Quiés juate» un jarro a la barra?”, en Mundo Gráfico, 12 de diciembre de 1934.
ADELL CASTÁN, José Antonio y GARCÍA RODRÍGUEZ, Celedonio: El fenómeno deportivo en Aragón. Del juego tradicional al deporte moderno. Diputación General de Aragón, Zaragoza, 1999.
GRACIA VICIÉN, Luis: Juegos aragoneses. Historia y tradiciones. Mira Editores, Zaragoza, 1991.
LARRAZ LAÍN, Mariano: Deportes tradicionales aragoneses. El resurgir de la barra y la bola aragonesa. Pasado y presente. Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 1987.
MAESTRO, Fernando: Del tajo a la replaceta. Juegos y divertimientos en el Aragón rural. Ediciones 94, Zaragoza, 1996.

SANZ ROMO, Marcelo: Cultura Física. Manuales Germen, Madrid, sin fecha de edición.


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